Te tengo que decir que desde el primer momento en que te vi, no pude dejar de sonreír. Sentí paralizar y hasta creo que mis mejillas se llegaron a sonrojar. Fueron suspiros a primera vista.
Pero ahora tengo algo más importante que confesarte. Algo que te he escondido y que me muero por decirte pero ya que no encuentro las palabras para expresarlo, ¿qué mejor manera que en un papel plasmarlo?
Y así es como empezamos:
Quiero ser parte de tu vida. Desde las cosas más minúsculas hasta las grandes noticias. Estar presente en cada sonrisa, cada lágrima, cada abrazo, cada suspiro y cada silencio de tu vida.
Quiero ser tuya cada día y cada noche. Sostener tu mano, tocar tu rostro. Mirarte con ojos de niña enamorada y soltar risas nerviosas que me alteren las mariposas del estómago.
Quiero que sonrías cada vez que me veas llegar y que aún sin importar lo que pueda usar o si sólo me desnudo ante tus ojos, me susurres al oído lo hermosa que me veo.
Quiero que atravieses el lugar donde estemos para tomarme por sorpresa y callarme con un beso sin decirme nada más y luego marcharte dejándome una sonrisa que no podré ocultar.
Quiero que cuentes para siempre con mi presencia y aunque quizá llegue mi ausencia alguna vez, puedas saber que la prioridad la tendrás tú ante los demás.
Quiero que de imprevisto y sin decirme nada me hagas el amor en todos los lugares donde tenga que ahogar mis gemidos.
Quiero ser tus noches de consuelo y tus días de alegría.
Quiero desvelarme tan sólo para cuidarte cuando enfermes o cuando tengas insomnio, aunque esa la veo menos probable.
Quiero conocerte y que me conozcas. Saber que las cebollas no te gustan y que amas la inteligencia. Que sepas que quiero endulzar tu vida y que odio las cucarachas.
Quiero verte cuando fantaseo con mi futuro; y quiero ver como cumplimos las metas juntos.
Quiero ser la madre de tus hijos.
Son muchas las cosas que quiero a tu lado, siempre y cuando me mires y sepas que me has enamorado.